Me duele un poco que no todos entiendan lo que siento. Me duele tener ese sentimiento de vacío cuando abrazo a la almohada a la noche sin antes recibir tu llamado. Pero necesito con toda mi alma este cambio. Hoy cambiar sería existir, pero sé que no tengo arreglo. Ni yo ni los sentimientos que inventé para alimentar mis ilusiones. Mientras vos te paseás indiferente por los agujeros de mi cabeza, yo sigo mirando la lluvia que me trae tu aroma, intacto desde el día en que te fuiste a brazos de otra persona. Sí, tu aroma de tabaco de vainilla. Los kilómetros se agravan hoy y siempre, o al menos hasta que dejemos de lado nuestros fantasmas -los míos acechan a la tarde, no sé los tuyos- Así que hasta entonces, podrías intentar -sólo intentar- ver, escuchar y sentir un poco más allá de lo que puedas decir... ver lo que nunca hice por tu amor, oír las palabras que jamás te dije y sentir este mundo sacudido que me tiene en el subsuelo. Ojalá tengas el poder divino de desaparecer, y yo de valentía... Para que por fin deje de estar autista. Algo así como un milagro se podría decir. O algo así como empezar a caminar sin ir de tu mano. Quiero dejar de sentir ese olor que describí segundos antes de esto. Sí, ese aroma que es imposible de olvidar al aspirarlo toda una noche. Tabaco de vainilla, vuelvo a repetirlo y lo siento, de nuevo.
No comments:
Post a Comment
incoherentes