Más que un adiós un hasta luego

Me siento... ¿triste? Sí, triste. Pero fuera de estar triste me siento realista y madura. Sé que es la vida así y que tiene que ser así (ahi estoy madura) pero, ¿como evitar estar triste? No puedo ni imaginarme una cena familiar en la que no esté ese tio insoportable que me vive diciendo que no me vista de negro, que me pinte las uñas de otro color, que estudie, que me dedique a la fotografia que tanto me gusta, que me mande mails de museos y lugares para visitar, que me diga que soy la persona más alegre que conocio en su vida ("con mis tantos años encima"), que nunca diga una mala palabra y que cuando yo lo hago me diga que la juventud está perdida, que me mande recortes de diarios con casos de gente adicta a la internet en un sobre perfectamente cerrado, que viva alentandome en todo, que trate de hacerme entender que todo lo que hago tiene concecuencias ("es tu futuro no el mio vicky"). Sí, estoy triste, no estoy del todo lista para soltarte, no quiero pero lo entiendo... te quiero mucho tío.